Ontología para el apoyo del proceso de medición y análisis de software en la Dirección de Calidad en la UCI

Abstract

Cada día, aumenta la presencia del software en innumerables actividades de la sociedad del presente; este se está convirtiendo, cada vez más, en una tecnología penetrante, omnipresente y habilitadora, proporcionando a los seres humanos una serie de servicios y aplicaciones inteligentes que no tiene precedentes. Esta situación induce al incremento de la complejidad del software; por ende, provoca un especial interés por la calidad del mismo. Para evaluar la calidad de un producto de software, es imprescindible la definición de indicadores, medidas, así como la determinación de su valor y el análisis de los mismos. El modelo de calidad CMMI nivel 2, tiene el área de proceso de Medición y Análisis, cuyo objetivo es: “Desarrollar y sostener una capacidad de medida que es usada para apoyar necesidades de información de dirección”. El proceso productivo de la Universidad de las Ciencias Informáticas está certificado CMMi nivel 2, por lo que se tiene definido esta área de proceso, siendo vital preservar la institucionalización del mismo. De ahí la importancia de mantener el conocimiento tácito y explícito generado a partir de la ejecución del proceso de medición y análisis, durante cuya ejecución se evidencia la generación de un elevado volumen de información, con diversidad de términos y conceptos, donde coexisten inconsistencias y conflictos entre ellos. Por tal motivo, se hace necesario organizar y recuperar el conocimiento. La presente investigación tiene como objetivo desarrollar una ontología que apoya el proceso de medición y análisis de software definido en la Universidad, permitiendo la organización y recuperación del conocimiento generado durante el mismo. Su implementación fue guiada por la metodología Methontology. Esta ontología proporciona un vocabulario común y soluciona los problemas de inconsistencia e integridad detectados. Se valida la solución utilizando un esquema de evaluación basado en cuatro fases, que miden el uso correcto del lenguaje empleado para la codificación, la exactitud de la estructura taxonómica, la validez del vocabulario; y por último, la adecuación a los requerimientos especificados, garantizando de esta forma la calidad de la propuesta ontológica.